jueves, 30 de septiembre de 2010

But my faith in love is still devout

Acuarelas 

Dejarse llorar:
Recomiendo
después del llanto de tristeza,
comenzar con una leve sonrisa,
que se vaya agrandando
hasta que se haga una risa,
cada vez más fuerte,
una carcajada.
Que broten lágrimas
ahora, de alegría.

Soledad: Mitad real, mitad invento.

Acuarelas

martes, 28 de septiembre de 2010

miércoles, 22 de septiembre de 2010

The Lifting


Grounded, 5 a.m.
The nightlite is comforting
but gravity is holding you.
Once settled, into sleep
you have watched on repeat,
the story of your life
across the ceiling;
and in review.

You've said the air was singing,
it's calling you, you don't believe
these things you've never seen.

"Good morning, how are you?
The weather's fine, the sky is blue,
it's perfect for our seminar...
Now close your eyes,
and start to breathe.
allow the noise to recede,
allow yourself to drift and fly away."
But you just stay.

You've said the air was singing,
it's calling you, you don't believe
these things you've never seen, never dreamed.

Did you hear these voices calling?
Did you hear these voices calling you?

Locked into a conference room,
"we're only what our minds assume"
and rationale is leaving you.

This conceit, these systems of belief,
your counselor agrees,
you've always mark these boundaries,
now you're free and with relief.

You've said the air was singing,
it's calling you, you don't believe
these things you've never seen, never heard, never dreamed.

You said the air was singing,
it's calling you, you don't believe
these things you've never seen.
Never, never, never
never, never, never
never, never, never
never, never, never
never, never, never
never, never, never
never.

Once you had a dream
of oceans and sunken cities,
memories of things you've never known.
And you have never known.

jueves, 9 de septiembre de 2010

domingo, 5 de septiembre de 2010

 



Jill Bolte Taylor, neuroanatomista, intelectual, doctora de Harvard, dedicada al estudio de enfermedades mentales. Jill un día amaneció con una embolia cerebral en donde tuvo la oportunidad de estudiar en carne propia los efectos de un derrame en la parte izquierda de su cerebro. Tuvo un golpe de realización cuando se dio cuenta que el Nirvana se percibe con el hemisferio derecho del cerebro y que siempre está presente para todos nosotros.
Es un video hermoso, está en dos partes:

jueves, 2 de septiembre de 2010

Carta de Cristobal Colón al escribano de los Reyes Católicos


Febrero de 1493.
 Señor, porque sé que habréis placer de la gran victoria que Nuestro Señor me ha dado en mi viaje, vos escribo esta,  por la cual sabréis como en 33 días pasé de las islas de Canaria a las Indias con la armada que los ilustrísimos rey y reina nuestros señores me dieron, donde yo hallé muy muchas islas pobladas con gente sin número; y de ellas todas he tomado posesión por Sus Altezas con pregón y bandera real extendida, y no fue contradicho.
 A la primera que yo galle puse nombre de San Salvador (isla Watling) a conmemoración de Su Alta Majestad, el cual maravillosamente todo esto ha dado; los Indios la llaman Guanahal, a la segunda puse nombre de Isla de Santa Maria de Concepción (Cayo Rum); a la tercera Fernandina (Isla Long); a la cuarta la Isabela (Isla  Crooked); a la quinta la Isla Juana (Cuba), y así a cada una nombre nuevo.
 Cuando yo llegué a la Juana, seguí yo la costa de ella al poniente, y fallé tan grande que pensé que seria tierra firme, la provincia de Catayo. Y como no hallé así villa y lugares en la costa de la mar, salvo pequeñas  poblaciones, con la gente de las cuales no podía haber habla, porque luego huían todos, andaba yo adelante por el dicho camino, pensando de no errar grandes ciudades o villas; y al cabo de muchas leguas, visto que no había innovación, y que la costa me llevaba al setentrión, de adonde mi voluntad era contraria, porque el invierno era ya encarnado, y yo tenía propósito de hacer de él al austro, y también al viento me dió adelante, determine de no aguardar otro tiempo, y volví atrás hasta un señalado puerto, de adonde envié dos hombres por la tierra, para saber si había rey o grandes ciudades. Anduvieron tres jornadas y hallaron infinitas poblaciones pequeñas y gente sin número, mas no cosa de regimiento; por lo cual se volvieron.
 Yo entendía harto de otros Indios, que ya tenía tomados, como continuamente esta tierra era Isla, y así seguí la costa de ella al oriente y siete leguas hasta donde hacía fin. Del cual cabo vi. otra isla de oriente; distante de esta diez y ochos leguas, a la cual luego puse nombre de Española y fui allí, y seguí la parte de setentrión, así como de la Juana al oriente, 188 grandes leguas por línea recta; la cual y todas las otras son fertilísimas en demasiado grado, y esta en extremo. En ella hay muchos puertos en la costa de la mar, sin comparación de otros que yo sepa en cristianas, hartos ríos y buenos y grandes, que es maravilla. Las tierras de ella son altas, y en ella muy muchas sierras y montañas altísimas, sin comparación de la isla de Tenerife; todas hermosísimas, de mil fechuras, y todas andables y llenas de árboles de mil maneras y altas, y parece que llegan al cielo; y tengo por dicho que jamás pierden la hoja, según lo puedo comprehender, que los vi tan verdes y tan hermosos como son por mayo en España, y de ellos estaban floridos, de ellos con fruto, y de ellos en otro término, según es su calidad; y cantaban el ruiseñor y otros pajaricos de mil maneras en el mes de noviembre por allí donde yo andaba. Hay palmas de seis u ocho  maneras, que es admiración verlas, por la deformidad hermosa de ellas, mas así como los otros árboles y frutos e hierbas. En ella hay pinares a maravilla y hay campiñas grandísimos; y hay miel, y de muchas maneras de aves, y frutas muy diversas. En las tierras hay muchas minas de metales, y hay gente en estimable número. La Española es maravilla, las sierras y las montanas y las vegas y las campiñas, y las tierras tan hermosas y gruesas para plantar y sembrar, para criar ganados de todas suertes, para edificios de villas y lugares .Los  puertos de la mar aquí no habría creencia sin vista, y de los ríos muchos grandes, y buenas aguas, los más de los cuales traen oro. En los árboles y frutos e hierbas hay grandes diferencias de aquellas de la Juana. En esta muchas especierías, y grandes minas de oro y do otros metales.
 La gente de esta isla y de todas las otras que he hallado y he habido noticia, andan todos desnudos, hombres y mujeres, así como sus madres los paren, aunque algunas mujeres se cobijan un solo lugar con una hoja de hierba o una cofia de algodón que para ellos hacen. Ellos no tienen hierro, ni acero, ni armas, ni son para ello, no porque no porque no sea gente bien dispuesta y de hermosa estatura, salvo que son muy  temerosos a maravilla. No tienen armas salvo las armas de las cañas, cuando están con la simiente,  a la cual ponen el cabo un palillo agudo; y no osan usar de aquellas, que muchas veces me ha acaecido enviar a tierra dos otros hombres a alguna villa, para haber habla, y salir a ellos de ellos sinnúmero; y después que los veían llegar huyan, a no aguardar padre a hijo, y esto no porque a ninguno se haya hecho mal, antes, a todo cabo adonde yo haya estado y podido haber fabla, les he dado de todo lo que tenia, así paño como otras cosas muchas, sin recibir por ello cosa alguna; mas son así temerosos sin remedio. Verdad es que, después que se aseguran y pierden este miedo, ellos son tanto sin engaño y tan liberales de lo que tienen, que no lo creería sino el que lo viese. Ellos de cosa que tengan, pidiéndosela, jamás dicen de no; antes, convidan la persona con ello, y muestran tanto amor que darían los corazones, y, quienes sea cosa de valor, quien sea de poco precio, luego por cualquier cosica, de cualquiera manera que sea que se le dé, por ello se van contentos. Yo defendí que no se les diesen cosas tan civiles como pedazos de escudillas rotas, y pedazos de vidrio roto, y cabos de agujetas aunque,  cuando ellos esto podían llegar, les parecía haber la mejor joya del mundo; que se acertó haber un marinero, por una agujeta, de oro peso de dos castellanos y medio; y otros; de otras cosas que muy menos valían, mucho más, ya por blancas nuevas daban de ellas todo cuanto tenían, aunque fuesen dos ni tres castellanos de oro, o una arroba o dos de algodón filado. Hasta los pedazos de los arcos rotos de las pipas tomaban, y daban lo que tenían como bestias; así que me pareció mal, y yo lo defendí, y daba yo graciosas mil cosas buenas, que yo llevaba, porque tomen amor, y allende de esto se hagan cristianos, y se inclinen al amor y sevicia de Sus Altezas y de toda la nación castellana, y procuren de ayuntar y nos dar de las cosas que tienen en abundancia, que no son necesarias. Y no conocían ninguna idolatría salvo que todos creen que las fuerzas y el bien es en el cielo, y creían muy firme que yo con estos navíos y gente venia del cielo, y en tal catamiento me recibían en todo cabo, después de haber perdido el miedo. Y esto no procede porque sean ignorantes, y salvo de muy sutil ingenio y hombres que navegan todas aquellas mares, que es maravilla la buena cuenta que ellos dan que de todo; salvo porque nunca vieron gente vestida y semejantes navíos.
 Y luego que llegue a Indias, en la  primera isla que hallé tome por fuerzas algunos de ellos, para que deprendiesen y me diesen noticia de lo que había en aquellas partes, así fue que luego entendieron, y nos a ellos, cuando por lengua o señas, y estos han aprovechado mucho. Hoy en día los traigo que siempre están de propósito que vengo del cielo, por mucha conversación que hayan habido conmigo; y estos eran los primeros a pronunciarlo adonde yo llegaba, y los otros andaban comiendo, de casa en casa y a las villas cercanas con voces altas: ¡Venid; venid a ver la gente del cielo! Así todos los hombres como mujeres, después de haber el corazón seguro de nos, venían que no quedaban grande ni pequeño, y todos traían algo de comer, y de beber, que daban con un amor maravilloso. Ellos tienen en todas las islas muy muchas canoas, a manera de fustas de remo, de ellas mayores, de ellas menores, y algunas con mayores que una fusta de diez y ocho bancos. No son tan anchas, porque son de un solo madero, mas una fusta no terna con ellas el remo, porque van que no es cosa de creer. Y con estas navegan todas aquellas islas que son innumerables, y tratan sus mercaderías. Algunas de estas canoas he visto con 70 y 80 hombres en ella, y cada uno con su remo.
 En todas estas islas no vi mucha diversidad de hechura de la gente, ni en las costumbres ni en la lengua, salvo  que todos se entienden, que es cosa muy singular para lo que espero que determinaran Sus Altezas para la conversión de ellos a nuestra Santa Fe, a la cual son muy dispuestos.
 Ya dije como yo había andado 107 leguas por la costa de la mar por la derecha línea de occidente a oriente por la isla de Juana, según el cual camino puedo decir que esta isla es mayor que Inglaterra y Escocia juntas; porque allende de estas 107 leguas, me quedan de la parte de poniente dos provincias que yo he andado, la una de las cuales llaman Ayan, adonde nace la gente con cola; las cuales provincias no pueden tener en longura menos de 50 o 60 leguas, según pude entender de estos Indios que yo tengo, los cuales saben todas las islas.
 Esta otra Española en cierzo tiene más que  la España toda, desde Colibre, por ella pueden disponer como  y tan cumplidamente como de los reinos de Castilla, en esta Española, en el lugar mas convenible y mejor comarca para las minas de oro y de todo trato así de la tierra costa de mar, hasta Fuenterrabal en Viscaya, pues en una cuadra anduve 188 grandes leguas por recta línea de occidente a oriente. Esta es para desear, y vista, para nunca dejar, en la cual, puesto que de todas tenga tomada posesión  por sus Altezas, y todas sean mas abastradas de lo que yo se y puedo decir, y todas las tengo por de Sus Altezas, cual de firme de aquí como de aquella de allá  del Gran Can, adonde habrá gran trato y ganancia, he tomado posesión de una villa grande, a la cual puse, nombre de la villa de Navidad; y en ella he hecho fuerza y fortaleza, que ya a estas horas estará del todo acabada, y he dejado en ella gente que abasta para semejante hecho, con armas artillería y vituallas por mas de un ano, y fusta, y maestro de la mar en todas artes para hacer, y grande amistad con el rey de aquella tierra, en  grado, que se preciaba de me llamar y tener por hermano, y aunque le mudas la voluntad a ofender esta gente, elni los suyos no saben que sean armas, y andan desnudos, como ya he dicho, y son los mas temerosos que hay en el mundo; así que solamente la gente que allá queda es para destruir toda aquella tierra; y es isla sin peligros de sus personas, sabiéndose regir.
 En todas estas islas me parece que todos los hombres sean contentos con una mujer, y a su mayoral o rey dan hasta veinte. Las mujeres me parece que trabajan más que los hombres. Ni he podido entender si tienen bienes propios; que me pareció ver que aquello que uno tenia todos hacían parte, en especial de la cosas comederas.
 En estas islas hasta aquí no he hallado hombres mostrudos, como muchos pensaban, mas antes  es toda gente de muy lindo acatamiento, ni son negros como en Guinea, salvo con sus cabellos correndios, y no se crían ando hay ímpeto demasiado de los rayos solares; es verdad que el sol tiene allí gran fuerza, pueso que es distante de la línea equinoccial veinte y seis grados. En estas islas, adonde hay montanas grandes, allí tenia fuerza el frío este invierno; más ellos no lo sufre por la costumbres, y con la ayuda de las viandas que comen con especias muchas y muy calientes en demasiada. Así que mostruos no he hallado, ni noticia, salvo de una isla Quaris, la segunda a la entrada de kas Indias, que es poblada de una gente que tienen en todas las islas por muy feroces, los cuales comen carne humana. Estos tienen muchas canoas, con las cuales  corren todas las islas de India, y roban y toman cuanto pueden; ellos no son mas disformes que los otros, salvo que tienen costumbre de traer los cabellos largos como mujeres, y usan arcos y flechas de las mismas armas de cañas, con un palillo al cabo, por defecto del hierro que no tienen. Son  feroces entre estos otros pueblos que son en demasiado grado cobardes, mas yo no los tengo en nada más que a los otos. Estos son aquellos que tratan con las mujeres de Matinino, que es la primera isla, partiendo de España para las indias, que se halla en la cual no hay hombre ninguno. Ellos no usan ejercicio femenil, salvo arcos y flechas, como los sobredichos, de cañas y se arman y cobijan con launes de arambre, de que tienen mucho.
 Otra isla hay, me aseguran mayor que la Española, en que las personas no tienen ningún cabello. En esta hay oro sin cuento, y de ésta y de las otras traigo conmigo indios para testimonio.
 En conclusión, a hablar de esto solamente que se ha hecho este viaje, que fue así de corrida, pueden ver Sus Altezas que yo les daré oro cuando hubieren menester, con muy poquita ayuda que sus Altezas me darán; ahora; especería y algodón cuando Sus Altezas mandaran, y almástiga cuanta mandaran cargar, y de la cual hasta hoy no se ha hallado salo en Grecia en la isla de  Xló, y el señorío la vende como quiere, y lingunáloe cuanto mandaran cargar, y esclavos  cuantos mandaran cargar, y serán de los idolatras, y creo habar hallado ruibarbo y canela, y otras mil cosas de sustancia hallare, que habrán hallado la gente que yo allá dejo: porque yo no me he detenido ningún cabo, en cuanto el viento me haya dado lugar a navegar: solamente en la villa de Navidad, en cuanto dejé asegurado y bien  asentado. Y a la verdad, mucho más hiciera, si los navíos me sirvieran como razón demandaba.
 Esto es harto y eterno Dios Nuestro Señor, el cual da a todos aquellos que andan su camino victoria de cosas que parecen imposibles, y esta señaladamente fue la una, porque, aunque de estas tierras hayan hablado o escrito, todo va por conjetura sin allegar de vista, salvo comprendiendo a tanto los oyentes los mas escuchaban y juzgaban más por habla que por poca cosa de ellos. Así que pues Nuestro Redentor dió a esta victoria a nuestros ilustrísimos rey e reina y a sus reinos famosos de tan alta cosa, adonde toda la cristiandad debe tomar alegría y hacer grandes fiestas, y dar gracias solemnes a la Santa Trinidad con muchas oraciones solemnes por lo tanto ensalzamiento que habrán, en tornándose tantos pueblos a nuestra santa fe, y después por los bienes  temporales; que no solamente la España, mas todos los cristianos  ternán aquí refrigerio y ganancia.

Esto, según el hecho, así en breve.
Fecha en la carabela, sobre las islas de Canaria, a 15 de febrero, año 1493.
Hasta lo que mandaréis, 
“El Almirante”